miércoles, 2 de marzo de 2011

Los Globalifóbicos


Mexicanos mal pagados que toman los trabajos que los estadounidenses no realizan, asimismo los estadounidenses de bajos ingresos encuentran un rival en los trabajadores de países en desarrollo que ganan menos de lo que ellos ganarían. Son parte del sector de globalifóbicos.
Por otra parte la protección al medio ambiente y a los trabajadores es desigual. En 1995 se intensifica el debate contra la globalización después de la crisis económica mexicana que afecto globalmente. La crisis del capitalismo global que afecto a economías fuertes como Brasil y Rusia entonces la crisis oscilo de un país a otro afectando a los más débiles.
El ex presidente Ernesto Zedillo retoma el termino y lo lanza al medio financiero angloparlante en el Foro Económico de Davos, el 27 de enero. 
Globalifobia y globalifóbico no están aún en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, y globalización fue apenas integrada en la más reciente edición, publicada en octubre del 2001 ("f. Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales".)

"Globalización", como "global" y todos sus derivados, provienen de la palabra "globo", cuya primera documentación en el idioma español apareció en la obra de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha (II, XXIX), en el siglo XV. Y "globo", a su vez, llegó al español a través del latín "globus", que significa "bola, montón, grupo de gente".
La globalifobia es un movimiento generado por sentimientos de resentimiento social. Afecta principalmente a los países en vías de desarrollo, no se encuentran perfectamente organizados surge un miedo al proceso incierto del cambio social por una perdida a la identidad, lo cual no afecta a México ya que la identidad cada vez más lejana es un problema nacional. El sentimiento de venganza por la impotencia de no estar en la situación económica de países industrializados. Pero la injusticia social siempre ha existido y los resentidos también.
El malestar ante un mundo dominante es el verdadero problema, intentan ser un movimiento que busca un bien para los menos favorecidos. La incapacidad de crear un sistema propio que beneficie a los sectores agrarios que imposibilitados ante la economía emergente principalmente industrial se sienten en un rezago económico y cultural. El problema es que no hay una propuesta alternativa a la economía de sectores agrícolas, ganaderos o pesqueros.
Una de las demandas relevantes de este movimiento, es la intención de reducir las emisiones toxicas nocivas para el planeta, con las exigencias de dar seguimiento al proceso de Kyoto que tienen que ver con la protección del ambiente. Ya que este tema si es de interés y beneficio para todo el planeta.
Es un movimiento tan multifacético que resulta imposible una coerción univoca en este movimiento. Es necesario que la política se adapte a las necesidades de los mercado pero no solo de inversiones extranjeras, también se trata de entrar a los mercados extranjeros con productos nacionales. El problema no es la Coca Cola ni la Nike, el problema es la visón que cada quien infunde en su propia empresa.
Claro que es indignante la explotación laboral, pero la necesidad de alimento es más fuerte en algunos casos. Y ese es un problema que se resuelve con garantías laborales efectivas propuestas ya sea por los globalifóbicos o una implementación estricta en el gobierno. La corrupción y la falta de visión de reestructuración económica y laboral e el país  es el problema que atañe a Latinoamérica.
Lo que sucede es que el gobierno gasta más de los que genera y eso afecta directamente a la población con mayores problemas económicos, al campesino, a los indígenas que viven de la producción que generan sus propias manos. Y de esta manera las sociedades ricas que manejan economías fuertes gracias a su industria, logran rezagar sobre todo a este sector. Los mercados se desarrollan según la voluntad de los ciudadanos.
Los globalifóbicos exigen de los ciudadanos y sus representantes, que asuman las oportunidades de configurar y la obligación formadora propia de la democracia; la definición de prioridades ecológicas, sociales y morales, y que ésta definición se imponga a la dinámica propia que sigue la economía”. Michael Ehrke
   
El verdadero problema es la incapacidad de los gobernantes que no protegen a los sectores más vulnerables. El movimiento debe dejar a un a do los sentimiento y centrarse en las demandas  de políticas racionales.
Y la pregunta se deja para la reflexión ¿Está surgiendo una nueva fuerza política, que en un futuro podría constituirse como un partido autónomo y/o que abre temas de debate, que tendrán que ocupar y trabajar todos los partidos en un momento dado- de la misma manera en que hoy ningún partido puede prescindir de la política ambiental en su programa?

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